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"En febrero, sentí que flaqueaba mi celo por rezar el misterio del rosario recibido como centinela.
El Señor me animó. Al comienzo de los dos meses siguientes, recibí "mi" misterio de la Iglesia misma, como si el Señor quisiera decirme: "tu oración de centinela da fruto para toda la Iglesia".
Así lo entendí:
El 1 de marzo recibí la transfiguración como misterio de luz. Era precisamente el 2º domingo de Cuaresma, ¡cuando la Iglesia nos da la transfiguración como Evangelio! Sentí que el Señor quería que aceptara este misterio en nombre de la Iglesia, durante todo el mes.
Al mes siguiente, sólo el día 2 me di cuenta de que el misterio había cambiado. Ahora bien, el 2 de abril era también Jueves Santo: como centinela de la Iglesia, debía por tanto acoger el misterio de la Institución de la Eucaristía durante todo el mes. Y ese mismo día, en Medjugorje, María dio el mensaje:
"apóstoles míos, os invito a vivir la Eucaristía con alegría, porque en la Eucaristía mi Hijo se entrega a vosotros de un modo siempre nuevo y, con su ejemplo, muestra amor y sacrificio hacia el prójimo. Os doy las gracias" (extracto).
Esto me hizo darme cuenta de que el Señor atesora la intercesión de los centinelas por la Iglesia y el mundo, y Él mismo, junto con su Madre, nos anima a interceder, a través de nuestra humilde decena, por nuestras 5 grandes intenciones: el Papa Francisco, los sacerdotes y consagrados, las familias, las vocaciones y la evangelización.

Maria B. (Movimiento Mariano, Bruselas)