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Durante la enseñanza del Hermano Jack me sentí especialmente interpelado por las palabras que nos animaban a ir más allá de nuestra limitada visión de nosotros mismos y a confiar en los dones que el Señor ha depositado en nosotros. El hermano Jack nos dijo: "Creéis que no tenéis semillas, pero tenéis muchas. Utilizadlas, sembradlas y veréis crecer los árboles.

Salimos con otro centinela después de la enseñanza para acercarnos a varias mujeres que pedían limosna. Aún recuerdo sus caras.
Tuvimos algunas conversaciones muy básicas: nombre de pila, país de origen, situación familiar, problemas de salud, etc. No creí que tuviera mucho sentido todo aquello. No pensé que tuviera mucho sentido. Pero fue un intercambio alegre.

Cuando me voy a dormir por la noche, no puedo evitar ver los rostros que conocí durante la misión y rezo a María por ellos.

Al día siguiente, el Señor me hizo comprender que los intercambios, ya sea con un amigo o con desconocidos en la calle, tienen la misma "utilidad". Es el Encuentro. Es llevar alegría a todo el mundo, no sólo a las personas que conoces (zona de confort).

¡Eso es! Gracias Señor, me estás enseñando que a través del atrevimiento siempre hay alegría en el compartir.

Mama Marie siempre estuvo con nosotros y seguiré rezando por estas mujeres y sus necesidades.

Elena